Pyrrhocorax graculuso o chova piquigualda, su canto nos acompaña en los valles.
Es una especie típica de montaña y pocas veces puede vérsele fuera de las zonas altas, excepto en mal tiempo. En tales ocasiones vagabundea con frecuencia por las praderas en busca de insectos y otras presas, a veces en los mismos terrenos que su próximo pariente la chova Piquirroja, de la que exteriormente la distingue, sobre todo, el color del pico, además de ser más gregaria que ésta y rehuir menos la presencia del hombre.
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