Las aguas se deslizan por las inmensas paredes del macizo de la Fraucata, alimentando la imagen majestuosa de la Cola de Caballo y deslizándose por todo el valle formando así el Arazas.
El valor del propio esfuerzo se descubre al acceder a mundos alpinos y remotos en los que la presencia humana sólo es una anécdota en su estado habitual de permanente soledad. Las montañas comunican al hombre su grandeza y su serenidad. Aquí sólo somos uno más entre la multitud de seres vivos, animales y plantas, que habitan este paraíso.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Torrentes en la Fraucata
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