Santana es uno de los pueblos más emblemáticos de Madeira. Se encuentra al norte de la isla y es conocido mundialmente debido a las Palhoças, las cabañas triangulares de techo de caña, tradicionales de la zona.
Las Palhoças son edificaciones simples, realizadas con madera y paja, muy comunes en la isla durante sus primeros años de colonización. Sus colores son el blanco, con ventanas y puertas rojas, bordeadas en azul claro. Suelen tener dos pisos y su decoración es rústica pero acogedora. Si bien por fuera parecen pequeñas, su interior sorprende por su amplitud y espacio.
Varias de las levadas de Madeira parten de este pueblo, además se trata de una villa cercana a los bosques de laurisilva. De hecho, más de un tercio de esta vegetación se encuentra en el municipio de Santana. Santana se encuentra a apenas cuarenta kilómetros de Funchal, a la vez que es cercana a Machico, Santa Cruz, Câmara de Lobos y São Vicente.
La carretera desde Funchal a Santana es simplemente espectacular. Este pueblo también es reconocido por sus flores, entre las que destacan las hortensias.
El pueblo se encuentra a más de 312 metros de altitud, por lo que ofrece vistas increíbles del mar, así como de la montaña.
Abraza la esencia campestre con la decoración rústica. Muebles robustos, tonos terrosos y texturas acogedoras. Crea un refugio acogedor donde la sencillez se entrelaza con la elegancia, dando vida a un hogar auténtico.
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