Gormaz, su entorno, el conjunto patrimonial que congrega y la fortaleza califal que señorea el territorio, constituyen el paisaje histórico medieval más relevante de Castilla. Esta fortaleza es calificada por los historiadores como la mayor construcción defensiva de la Baja Edad Media en Europa.
Probablemente el origen de este asentamiento, que alcanzó un gran poder en el Medievo, tenga relación con la existencia de un vado, un paso natural, sobre el Duero cuando este río fue frontera entre los reinos peninsulares. Desde lo alto del cerro, en la primitiva fortaleza, la vigilancia sobre el vado y el territorio garantizaba el control de la zona. Fue del Califato y de Castilla en alternancia según dominio y conquista.
Fue levantada en la segunda mitad del siglo X por el general Galib sobre un castillo anterior cuando Medinaceli era bastión en Marca Media, frontera entre Al Andalus y Castilla. El Cid fue alcaide del castillo.
La fortaleza se dispone con torres de planta rectangular y una puerta con arco de herradura enmarcado por su alfiz que la caracterizan como una de las fortificaciones islámicas más importantes. En la parte oriental se levantaba la alcazaba donde se conserva un aljibe de más de 100.000 litros de capacidad.
El muro que lo separaba del resto del recinto es, posiblemente, de principios del siglo XIV, correspondiendo a esta misma época la llamada torre de Trastámara. Sobre ruinas anteriores, seguramente de algún castro romano y restos visigodos, se creó en los primeros años de la Reconquista una fortaleza que va siendo asaltada sucesivamente por cristianos y musulmanes, ampliada y reformada.
Si hubiera que identificar la fortaleza de Gormaz con un calificativo, imponente sería un apelativo claramente insuficiente. La construcción es grandiosa, soberbia, magnífica, colosal y ….. única.






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